
Por Faustino Collado
La salud colectiva representa un interés general situado por encima del interés particular de los negacionistas de la vacuna contra el Covid-19.
Los marxistas, como científicos sociales transformadores nos diferenciamos de los religiosos fundamentalistas y sus explicaciones basadas en lo acientífico y el individualismo.
Estos fundamentalistas han llegado a influir a algunos izquierdistas confundidos sobre la jerarquía de las contradicciones para buscar soluciones a problemas globales como el de una pandemia.
Se debe comprender que en este tema no hay una contradicción principal, sino que, al tratarse de un problema global la solución es general, a través del Estado, y si este no lo asume se impone la presión social, que también representa a la voluntad general.
Todos los derechos son regulados cuando se vive en sociedad. Por ejemplo, el derecho al tránsito es fundamental, pero qué pasa si se sale desnudo a la calle? Actúa el Estado, no importa su tipo, y si este no lo hace, lo hace la comunidad que pasa a ser una especie de Estado paralelo. Esa coerción social es el interés común racional al que hay que encausar para que no se anarquice.
Nuestro deber es acompañar al pueblo a salir de esta pandemia para eliminar excusas y retomar plenamente todas sus luchas.